lunes, 6 de enero de 2014

De Lavados de Pies, Humillaciones y Fariseísmo Intelectual entre Nosotros...

13 Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.
14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.
15 Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.

Juan 13:13-15
Una de las maneras de detectar el fariseísmo intelectual entre nosotros es preguntando, a quién lavas los pies...?

Tristemente, un buen número de hermanos han hecho del estudio de la Palabra su ministerio, ignorando que la pregunta anterior sigue sin ser respondida.

En efecto, una cosa es servir y ayudar a un hermano, y otra lavarle los pies.

En aquella época, el lavado de pies era una desagradable tarea destinada a los esclavos más indignos del hogar.
Comprender esto da la dimensión adecuada al gesto de Jesús, tanto como ejemplifica a qué hemos sido llamados.

Jesús se humilló por sus hermanos, dispuesto a hacer una tarea desagradable, una tarea que no le correspondía, una tarea que resume su vida y que es llamada a ser nuestro modus vivendi.

Pero por qué responder que estudiando para edificar a los hermanos es fariseísmo intelectual?
Porque ignora intencionadamente y rebaja involuntariamente el gesto de Jesús.

Cierto, cuando un hermano me pide que le escriba un estudio bíblico o un sermón, cuando me pregunta por el significado de un pasaje o versículo, y me he de pasar días para satisfacer la petición, estoy sirviendo a mi hermanito con el fin de edificarle, pero ni me estoy humillando, ni estoy haciendo nada que no me corresponde, ni mucho menos estoy haciendo algo desagradable.
Más bien al contrario, estoy haciendo lo que me encanta...

Sacrificio, humillación...?
Ni de lejos...

De este modo, cada vez que un hermano contesta que enseñar la Palabra es la forma en que él lava los pies de los hermanos, demuestra por un lado que el mucho estudio no le ha enseñado lo más básico, y por el otro que ha desatendido su obligación, vistiendo su egocentrismo de falsa religiosidad.

Igual que los fariseos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Eres libre de decir y defender lo que quieras, pero si insultas no me dejarás más remedio que enviar tu comentario a donde merece.
Compórtate con dignidad y guarda la imagen del hombre, pues es la imagen de Dios.