viernes, 21 de febrero de 2014

De Conocimientos, Obediencias y Amor como Sostenimientos de una misma Mesa...

15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.
Juan 14:15
A menudo se defiende la siguiente sucesión: Conocimiento-Amor-Obediencia, sin percatarse que no hay sucesión alguna sino sostenimiento e interacción mutua.
En otras palabras, que cada uno de estos aspectos no actúa independiente del otro sino que profundiza, enriquece y apuntala a los dos restantes.

Por tanto, es cierto que el conocimiento -no intelectual sino el que deriva del Espíritu de Dios- del Evangelio, de lo que Dios hizo, hace y hará por y en nosotros mediante Su Mesías da como resultado Amor, pero el Amor es un requisito indispensable en el conocimiento pleno.
17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,
18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,
19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

Efesios 3:17-19
De este modo, vemos que a veces dicho orden se invierte, de la misma manera que en otras ocasiones la obediencia no ocupa el último sino el primer lugar.
17 El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.
Juan 7:17
Cierto, pues la disposición a obedecer anticipa el conocimiento pleno.

Cuál sería la conclusión lógica a todo esto?
Lo anteriormente expuesto, que conocimiento, Amor y obediencia no son tres diferentes y sucesivos aspectos que tienen lugar en la experiencia cristiana, sino que estamos ante una única experiencia que crece bajo la más pura interacción y complementación mutua que contribuye al avance en santidad de la misma santidad para Gloria de Dios.

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