domingo, 9 de febrero de 2014

De 2 Corintios 3 o Cómo para Pablo Jesús es la Ley de Dios encarnada en el Poder del Santo Espíritu de Dios la cual Opera en Nuestra Justificación Diaria que Es por Fe...

2 Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres;
3 siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.

2 Corintios 3:2-3
Como en pocos, en este pasaje Pablo desarrolla el tema de la santificación del discípulo de Jesús gracias a la encarnación de la Palabra/Ley de Dios en el Poder del Santo Espíritu, una encarnación que justifica al discípulo de Jesús a diario.
Es que entonces no somos justificaos por fe?
Lo somos, de ahí que sea la fe aquello que nos hace andar en el Espíritu.

Empecemos a desgranar el texto poco a poco.
La primera motivación que lleva a Pablo a escribir su segunda epístola es el tema de sus credenciales como apóstol, pues falsos apóstoles, con el fin de reafirmar su posición, se esforzaron en desacreditarle, ya que, el hijo de la esclava siempre perseguirá al hijo de la libre.

Dichos manipuladores se burlan de Pablo por ser tan duro en carta pero débil en persona, algo que según ellos le desacredita como enviado de Dios, pues confunden la fortaleza de la carne con la del Espíritu.

En el mundo de la carne, una carta de recomendación cierra toda sospecha, pero Pablo les hace vez que en el del Espíritu, una vida transformada -la cual solo puede ser producto por la obra del Espíritu de Dios en el hombre- es aquello que salda toda sospecha, ya sabes, por sus obras les conoceréis.

La manera en que Pablo expresa esta idea es haciendo alusión a uno de los pasajes en los que el profeta Jeremías anuncia el Nuevo Pacto de Dios,
33 Pero este es el Pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Yahvéh: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.
Jeremías 31:33
Era típico del fariseísmo de la época era hacer una cita para aludir a todo el contexto de la que la susodicha es extraída, de ahí que debamos tener en cuenta que al hacer referencia al corazón de carne de la promesa, Pablo tiene en mente el exilio de Israel, el cual es producto de su infidelidad, y reflejo del primer exilio: el de Adán.

Esta es la razón por la que el anuncio de la vuelta del exilio, es una sombra de la vuelta del primer exilio: la restauración de la comunión perdida de la humanidad.

Lo que Pablo les dice es que el tiempo del exilio/enemistad con Dios ha llegado a su fin, y que la demostración de ello así como de que él era enviado por Dios para anunciar las Buenas Nuevas era que las profecías se estaban cumpliendo en ellos, siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.

Queréis pruebas de mí?
Examinaos a vosotros mismos
, les dice Pablo.

Sin embargo, lo interesante aquí es que la alusión veterotestamentaria es doble, pues por un lado hace referencia como hemos visto a Jeremías 31, pero por el otro el pasaje recuerda igualmente a Ezekiel 36, otro pasaje que ahonda igualmente en el Nuevo Pacto.

En la época de Ezekiel, Israel para variar se encontraba en un nuevo exilio, pero esta vez en Babilonia.
Y es esta profecía la que nos habla del Espíritu como agente dador de los nuevos corazones, es decir, como el agente autor de la escritura de la eterna Ley de Dios en los corazones de Su pueblo.
25 Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.
26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
Ezekiel 36:25-27
Igualmente se repite en Ezekiel la idea de la vuelta del exilio como sombra que anuncia la vuelta del primero exilio, el adámico, de ahí la alusión al huerto del Edén, el lugar donde Dios anduvo en comunión con el hombre,
35 Y dirán: Esta tierra que era asolada ha venido a ser como huerto del Edén; y estas ciudades que eran desiertas y asoladas y arruinadas, están fortificadas y habitadas.
Ezekiel 36:35
Es más, el capítulo siguiente, el 37, el cual es la representación de la promesa de Dios decretada en el 36, tiene al Espíritu de Dios como agente activo y protagonista,
1 La mano de Yahvéh vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos.
[...]
9 Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Yahvéh el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. 10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.
Ezekiel 37:1,9-10
Ahora bien, el marco en la que las profecías de Jeremías y Ezekiel aparecen no es otro que la Torah de Moisés,
6 Y circuncidará Yahvéh tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.
Deuteronomio 30:6
La carne, que es nuestro hombre carnal cuyo corazón es de piedra, quedó clavada en la cruz.
Ahora, la nueva criatura que resucita con Jesús está dotada de un nuevo corazón que le permitirá amar a Dios sobre todas las cosas, al hermano como Jesús nos amó a nosotros, y al prójimo como a nosotros mismos, y todo ello producto de la regeneración por el Espíritu, de acuerdo a las Promesas de Dios en Su Palabra.

El Pentateuco empezó con Adan, desobediente a Dios, exiliado del Paraíso y condenado a morir, y acaba con la Promesa de Dios de un representante de Israel -el Mesías- que será un Nuevo Adan, que traerá de nuevo a Isrel de su exilio divino, circuncidará el corazón de su pueblo para que obedezca de corazón la Ley/Voluntad de Dios, y reciba vida eterna en la comunión restaurada con Dios.
Esta es la razón por la que la restauración de Israel es descrita como una resurrección de entre los muertos, pues el paso profetizado por Dios es el paso de muerte a Vida eterna.

Huelga decir que el cumplimiento de todas las Promesas de Dios son en Jesús, el representante de Israel que cumple la misión en la que Israel falló.

Esto es solo el principio, pero para no hacer esta entrada muy larga, continuaré en una segunda parte.

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