domingo, 16 de marzo de 2014

De que la Fe Elimina toda Sombra...

17 todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.
Colosenses 2:17
Cierto, las realidades veterotestamentarias no son nada más que sombras -tipos- que apuntan a la Verdadera Sustancia -antitipo- que es Jesús.

De este modo se entiende que Pablo diga que todo aquello perteneciente al Pacto Mosaico es una sombra, y que el cuerpo -el cual proyecta la sombra- es Jesús.

Lo cual nos lleva a lo siguiente: Aquello que borra toda sombra es la Fe.

Cierto, una vez Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la Luz, resplandece en nuestros corazones, nos ilumina el conocimiento de Su Gloria en la faz de Jesucristo mediante la fe, la sombra desaparece...

Bien, pero me temo que por parte de Dios sucede otro tanto.
Es decir, el hombre separado de Dios, incluso el más religioso, es una sombra de su esencia: ser imagen de Dios.

Y es solo después de la regeneración que obra mediante la fe que provee el Espíritu de Dios, como la sombra desaparece mediante la santificación:
El proceso que hace al hombe imagen de Dios.

En otras palabras, la Fe es una mata-sombras...

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